En 1562, Felipe II de España consideró que un asentamiento de hugonotes
franceses en la desembocadura del Río St. Johns constituía una seria
amenaza y envió una expedición para deshacerse de ellos. Esa expedición,
al mando de Pedro Menéndez de Avilés, tuvo éxito y luego se desplazó por
la costa. Menéndez dejó una pequeña fuerza en el puerto natural de "St.
Augustine." En ese sitio, el 8 de septiembre de 1565, Menéndez reclamó
oficialmente la Florida en nombre de España, mientras los nativos
timucuanos observaban este acto.
St. Augustine siguió siendo el centro del control español de la costa
Atlántica. En 1586, el marinero inglés Sir Francis Drake atacó e
incendió St. Augustine pero los españoles la reconstruyeron. Durante los
siglos XVI, XVII y XVIII, St. Augustine sufrió repetidos ataques de
expediciones inglesas y de los indios americanos pero los españoles
lograron mantener el control. Sin embargo, bajo el Tratado de París,
Inglaterra adquirió la Florida como una de las recompensas de la guerra
contra los franceses y los indígenas.
En 1783, Inglaterra devolvió la Florida a España pero Estados Unidos
logró negociar el control absoluto de la península, la cual se convirtió
en un territorio de la joven nación en 1821.
Más de doscientos años de dominio extranjero habían cansado a los indios
americanos. Con la pérdida de sus tierras a las cosechas de
plantaciones, ellos contraatacaron en una serie de guerras conocidas
como las Guerras de los Seminolas. Se los subyugó finalmente en 1842.
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En 1845, la Florida se convirtió en parte de los Estados Unidos, pero en
1861 se separó de la Unión y se convirtió en parte de la Confederación.
En 1862, St. Augustine se rindió a las fuerzas de la Unión y fue ocupada
pacíficamente durante el resto de la guerra de Secesión.
El fin de la guerra marcó el comienzo de St. Augustine como un centro
turístico. Su arquitectura al estilo español, su entorno natural
excepcional y su clima perfecto convirtieron a St. Augustine en uno de
los lugares favoritos de los visitantes procedentes del norte.
Henry M. Flagler vio el enorme potencial de la ciudad y compró un
ferrocarril para transportar a los pasajeros desde Nueva York hasta St.
Augustine. El viaje duraba menos de 24 horas. Sus dos grandes hoteles,
el Hotel Ponce de León y el Alcázar, eran lo suficientemente suntuosos
como para atraer a los ricos y famosos. ¡St. Augustine ya tenía por
cierto su lugar en el mapa!
Hoy en día, St. Augustine es uno de los destinos de la Florida más
populares. Su encanto, su historia y su hermoso entorno hacen que éste
sea un lugar para descubrir y explorar. Los aficionados a la historia,
los entusiastas del deporte y los amantes de la naturaleza hallarán en
St. Augustine un lugar natural para descubrir a la Florida.
En 1513, cuando Ponce de León vio la Florida por primera vez, cerca de
la desembocadura del Río St. Johns, las flores estaban en plena
floración de Pascua por lo que la llamó la Florida. Si bien de León no
se quedó mucho tiempo en la región, el nombre sí permaneció.
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